EL IMPACTO DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR EN EL DESARROLLO DE LA NIÑEZ, EN LOS PROCESOS DE DIVORCIO.
Mtra. Sandra Paredes
EL IMPACTO DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR EN EL DESARROLLO DE LA NIÑEZ, EN LOS PROCESOS DE DIVORCIO.
En la actualidad debido al alto índice de divorcios, es necesario tener en cuenta el abordaje psicológico en estos tipos de procesos, comencemos mencionando que la mediación familiar, es un método alterno de resolución de conflictos familiares en donde un tercero imparcial facilita la comunicación entre los involucrados en el conflicto, para que con técnicas especializadas, ellos mismos propongan las soluciones.
En los procesos de divorcio, observamos el daño consciente o inconsciente que ocasionan los padres hacia los hijos, en donde lamentablemente se afecta la psique de los menores, provocando daños irreparables en el desarrollo integral de los hijos.
En este tipo de conflicto existe un Síndrome Alienación Parental, (termino recientemente reformulado como Prácticas Alienadoras Familiares, propuesto por Juan Luis Linares); como un desorden que surge principalmente en el contexto de las disputas legales sobre la custodia de los hijos. Su manifestación primaria es la campaña de denigración de un hijo hacia alguno de los progenitores. (Gardner, 1985).
Recientemente en la Ciudad de México. es sancionado este Síndrome de Alienación Parental, tanto en la vía civil, como en la vía penal, en donde en algunas ocasiones se puede llegar a suspender o perder, tanto la patria potestad de los hijos, como la convivencia con los mismos, garantizando siempre el interés superior del menor en protección a sus derechos humanos, permitiéndole una convivencia supervisada en alguno de los centros autorizados, para llevar de manera vigilada dicha convivencia, con la intención de proteger la integridad de los menores. Desgraciadamente este tipo de acciones sancionadoras no son la solución del problema, me parece importante considerar el estudio especializado al respecto del Dr. Linares, en donde mediante el abordaje psicológico sistémico se modifiquen estas prácticas alienadoras que impiden el buen desarrollo emocional en los procesos de guarda y custodia de los hijos.
Recientemente en la publicación del Dr. Juan Luis Linares, titulado: PRACTICAS ALIENADORAS FAMILIARES. “El Síndrome de Alienación Parental” reformulado, menciona al respecto:
Las Prácticas Alienadoras Familiares (PAF) son un conjunto de situaciones relacionales caracterizadas básicamente por las siguientes premisas:
- Actuaciones disfuncionales de ambos progenitores que, en ausencia de una pauta específica de maltrato físico, se constituyen respectivamente en “manipulador exitoso” (el alienador) y “manipulador fracasado” (el alienado).
- Colaboración activa del hijo o los hijos, en progresiva dinámica de desconfianza, rechazo y “huida hacia adelante”.
- Intervención partidista de miembros de las familias extensas.
- Estimulación del conflicto por profesionales (abogados, jueces, `psicólogos, etcétera).
- La responsabilidad de los distintos actores del juego alienador (padres, hijos, familiares. (Linares, 2015).
Como se observa en las premisas anteriores, es un conjunto de acciones que realiza alguno de los padres, al involucrar emocionalmente a los hijos, en donde lamentablemente en ocasiones participan más integrantes de la familia, como lo pueden ser: hermanos, tíos, abuelos, primos, amigos, maestros, etc.; complejizando muchos más la situación familiar.
Reconozco ese trabajo del Dr. Juan Luis Linares, en donde tendremos que reconsiderar que efectivamente los padres involucrados en este tipo de conflictos, dejarán de ser pareja (la conyugalidad) y seguirán siendo padres (la parentalidad). Si logramos reflexionar estos valores en la mediación familiar, con certeza diremos que serán garantizados los roles parentales con los hijos de una manera armónica, recordando que dejaremos de ser pareja, pero que la relación de padres subsiste. (Postconyugalidad).
En la práctica, como responsable del Centro Público de Mediación de los Bufetes Jurídicos de la Universidad de Guadalajara, especializado precisamente en procesos de divorcio, hemos implementado un trabajo multidisciplinario, donde el área de psicología realiza terapias familiares sistémicas, tanto con las padres como con los hijos, fortaleciendo los lazos parentales, que solamente finalizan con la muerte de alguno de los padres o de los hijos.
Dentro de los enfoques de los modelos de mediación, el modelo de circular-narrativo (Cobb 1995), gira entorno a las relaciones, contempla precisamente tomar en cuenta dentro de las historias de los integrantes de la familia; “qué se dice, como se dice y dentro de que contexto”.
Resumiendo algunas de las habilidades con las que debe contar un mediador para poder realizar su trabajo de manera eficiente son:
- Absoluta imparcialidad
- Confiabilidad y habilidad para motivar a las personas a revelar información confidencial
- Experiencia en mediación
- Capacidad de escucha
- Buen trato con la gente
- Flexibilidad
- Paciencia
- Tolerancia
- Prudencia
En mi experiencia como abogada y terapeuta familiar sistémica he observado que si bien es cierto que la mediación familiar no es una terapia, pareciera que lo fuese, ya que en estos espacios especializados, se toma en cuenta la historia de las personas, pero sobre todo, con técnicas como el parafraseo, los integrantes de la familia se sienten escuchados y reconocidos, y que en la actualidad es precisamente esta falta de atención emocional en las familias, las que, precisamente son algunas causales de divorcio.
Considero de suma importancia observar la necesidad social de que las familias reconstruyan su dinámica familiar, ya que en actualidad debido a las necesidades económicas de las mismas, ambos integrantes se ven en la necesidad de trabajar, provocando entonces una falta de tiempo para poder convivir en un espacio familiar, aunado a esto el alto uso de las tecnologías de la información provoca un distanciamiento en la entorno familiar.
Uno caso relevante fue atendido en éste Centro Público de Mediación en Noviembre del presente año.
Es una pareja que solicita el proceso de divorcio, tienen 2 hijas, una de 12 años (6 meses de su fallecimiento) y otra de 4 años, la dinámica familiar era muy compleja, en donde la relación estaba muy fracturada, mediante la invitación a llevar dicho proceso en el Centro de Mediación, yo como facilitadora en el proceso, intervine con técnicas de parafraseo y de escuchar atentamente su narrativa, para que ellos mismos se dieran cuenta de que ya habían perdido a una de sus hijas, y en donde, en su lucha y tristeza, habían dejado de mirar las necesidades de hija menor, aceptaron llevar a cabo una terapia familiar sistémica, para manejar de manera más profesional el duelo que todavía no habían superado.
Concluyendo este caso, la familia está asistiendo a terapia de manera conjunta se ha llevado el proceso de divorcio por mutuo consentimiento de una manera fluida y tranquila.
Dentro de la primera sesión conjunta con los cónyuges, después de dar la bienvenida y la explicación de que yo estaba de manera imparcial, llevamos a cabo el convenio respectivo, afinando detalles de la pensión alimenticia, la custodia, la convivencia de su hija menor, en el desarrollo de la misma, se comunicaban muy resentidos entre ellos, una intervención mía que me parece relevante fue:
“entiendo que la situación ha sido difícil para Ustedes, será bueno reconsiderar que como pareja no van a continuar, pero, como padres si, hasta que la muerte nos separe, y a veces los hijos se van antes y en su caso su hija mayor ya no está” (esta intervención debe de hacerse cautelosamente porque esa delicado su contexto por el fallecimiento de su hija)
La manera en que ellos escucharon esta intervención fue muy reflexiva, al poder entender que todavía tenían en sus vidas a la hija menor, esto les permitió poder llevar a cabo el proceso de divorcio más pacíficamente, pero sobre todo, haber aceptado la terapia familiar sistémica y poder armonizar su vida familiar.
Beneficios de la Mediación Familiar:
- Que se cree un marco que facilite la comunicación entre las partes y se transforme el conflicto.
- Que las personas se sientan escuchadas y valoradas, pudiendo expresar sus sentimientos.
- Que los acuerdos a los que se comprometen sean cumplidos de una manera voluntaria.
- Que se llegue a reflexionar la importancia de proteger la parte emocional de sus hijos.
En mi experiencia como abogada y mediadora familiar, estoy en una lucha constante, de poder llevar una a cabo una promoción de la cultura de la paz, en donde mediante diplomados, cursos, seminarios, entrevistas, foros, etc. y ahora actualmente realizando una investigación doctoral al respecto, podamos dar a conocer más a la sociedad, los beneficios y ventajas de los métodos alternos de solución de conflictos, en donde su principal objetivo es poder resolver de una manera voluntaria, reflexiva y colaborativa, los conflictos que se nos puedan presentar en la vida cotidiana, en todos los contextos: vecinales, comunitarios, laborales, escolares, familiares, pudiendo llegar a tomar acuerdos comprometidos de manera voluntaria, que en su mayoría son cumplidos.
Finalmente es importante reconocer y valorar que en la mediación familiar es indispensable trabajar conjuntamente con las áreas de psicología y trabajo social, para poder fortalecer a las familias y que tengan una mejor interacción y comunicación entre sus integrantes, evitando así tantos trámites judiciales, en donde las sentencias dictadas son lejanas a las necesidades reales de las familias, recordando que llevando a cabo una mediación familiar exitosa, los acuerdos son más protectores para todos los integrantes de la familia.
Buenísimo artículo! Nos ayuda mucho en el camino de quienes estamos trabajando para fortalecer la familia pre y post ruptura. Gracias.
Carmina Gillmore V.
Magister en Familia y Mediación, Universidad de Los Andes, Chile.
Muchas gracias por tus comentarios Carmina, se los haremos llegar a la autora.