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La Clasificación de los trastornos de la Infancia. Infancias infelices.

Seminario: Luigi Cancrini (2013) Hospital de Sant Pau, Barcelona

El profesor Cancrini abrió el seminario haciendo énfasis en tres afirmaciones acerca del trabajo en psicoterapia:

  • Existe relación entre la sintomatología del adulto y las experiencias del niño.
  • El terapeuta siempre se comunica con un niño infeliz, tanto cuando está con un niño como cuando está con el adulto.
  • Se puede hablar de una transmisión intergeneracional del sufrimiento y del trastorno.

Por tanto, en palabras del profesor Cancrini, el trabajo del terapeuta consistirá en:

  • Con el niño: evitar el desarrollo de síntomas en el adulto.
  • Con el adulto: reconstruir la infancia de éste.

En un estudio realizado por el profesor Cancrini, con más de 1.000 casos de niños de 10 años se observa una correspondencia simple entre las características infantiles y la sintomatología del adulto:

En la infancia del borderline, explica Cancrini, se dieron un conjunto de circunstancias que favorecieron el desarrollo del trastorno borderline en el adulto.

Las características más destacadas del borderline son el caos constante y las inconsistencias afectivas.

El niño está ligado a estas figuras que son caóticas e inconstantes, pero suyas. Cuando el niño está lejos de sus padres olvida los rechazos y los abandonos y recuerda más los afectos.

Si no existe la posibilidad de modificar estas circunstancias se puede pronosticar un descontrol de los impulsos. Un borderline clásico se enamora rápidamente de una mujer o de un terapeuta y no es consciente de los límites. Después aparece el terror al abandono, aparece la rabia y/ o las conductas autopunitivas.

El intento de suicidio es también característico del borderline y son siempre una llamada de la atención del otro.

Cuando las cosas comienzan a ir bien para el borderline, aparece la ruptura, el saboteador interno. Así, apenas el niño comienza a mejorar, vuelve a empeorar.

En palabras del profesor Cancrini: “Hasta el momento la única prevención que conocemos para este trastorno es la terapia.”

Las circunstancias del niño son consecuencia del contexto. Por ello en la prevención el terapeuta sistémico está en primera fila para modificar el contexto, afirma el profesor.

El problema es cambiar y elaborar el duelo a través del conflicto de lealtades. El padre o la madre tiene su lugar en el conflicto de lealtades que divide al niño. El terapeuta tiene una posición neutral en este conflicto.

cancrini sant pau 2“El duelo de los niños tiene que ser escuchado”, insiste el profesor Cancrini. Esto permite no hacer diagnóstico, sino escuchar cuando se “ve” al niño en su contexto. La insconsistencia afectiva y el terror al abandono está presente tanto en el niño como en el paciente borderline.

El paciente borderline necesita una figura de afecto estable. Este puede ser el terapeuta pero es un afecto con límites, no es infinito. Está aquí hoy y estará mañana.

El profesor Cancrini, también nos ofrece algunas características de otro tipo de trastornos. Por ejemplo, en el paciente antisocial no existe el individuo, existe la ley del grupo. Cuando el terapeuta descubre en el niño síntomas de haber sido maltratado uno se siente cercano a su sufrimiento… sin embargo “cuando te descuidas se vuelve y te golpea”.

Una vez introducidos los conceptos teóricos, el profesor Cancrini nos presenta una serie de casos. De todos ellos extrajimos el caso de Alex que presentamos a continuación:

Caso Práctico:

Charlando con Alex le pregunto si ya fue al mar y cómo ha pasado el fin de semana. El niño comienza contestando: “No sabes que yo ya no iré el domingo a casa de Antonella y Paolo?”. Le pregunto el porqué y me dice: “porque no me apetece”. Le pregunto por qué y me cambia de conversación.

Cuando vuelvo al tema me dice que no tiene ganas y no le gusta ir a su casa porque Paolo siempre le da limonada, que a él no le gusta, y no le da naranjada que a él le gusta mucho.

Le pregunto si éste es el único motivo y añade, como ya ha dicho otras veces, que Paolo no le deja ver la Bella Durmiente y que siempre acaba viendo Blancanieves.

Continuamos hablando de sus padres adoptivos y me dice que no tiene ganas de hablar de ellos y que prefiere cuando vienen a verlo a “comunidad” porque no le gusta nada ir a su casa. Le pregunto si tiene algún tipo de preocupación cuando va a su casa o si hay otras cosas que no le gustan y me contesta: “tengo miedo”.

Le pregunto de que cosa tiene miedo y me responde: “Tengo miedo de Paolo cuando me asusta con los fantasmas”. Le pregunto que se explique mejor y añade: “porque Paolo me hace “¡¡uhh uhh!! ¡¡El Fantasma!!” y me da miedo”.

Le digo que probablemente Paolo lo hace para jugar y a lo mejor no se hadado cuenta de que él se asusta tanto, con lo cual quizá sería bueno explicárselo. El niño me contesta: “No, no se lo digas, el cree en el fantasma” y luego me dice que no le agobie porque él ya no quiere hablar más de ellos.

Sin embargo, coge las muñecas y llama a una Barbie “Antonella” y a la otra “Daniela”. Le invito entonces a coger también a Ken, que puede ser “Paolo”, y así el niño pequeño es “Alex”. Acepta los roles, coge a Ales y se dirige a Paolo y Antonella diciendo: “No voy a vuestra casa”. Me pide que yo haga de Paolo y Antonella y de forma acogedora le pregunto el porqué en cuanto a que no hemos entendido bien lo que le ha dejado de gustar.

Él dice: “Yo tengo que estar en Casa Stelle”. Le pregunto: “¿Quién quiere esto?” y contesta: “Mi mamá”, le pregunto porqué y dice “porque Alex es su hijo y tiene que estar en Casa Stelle y basta!”. Le pregunto: “¿Tiene celos si vienes a nuestra casa?”. Él dice: “No”.

Lo invito a coger la Barbie “Mariella” y lo invito a hacerle explicar a Daniela el porqué pero él, personificando a Mariella, se niega a hablar.

Lo invito entonces a hacerlo hablar con el hada (una Barbie a la que él ha dado el rol de hacer el trámite entre el cielo y la tierra). Acepta y dice al hada: “No quiero que Alex vaya a casa de Antonella y Paolo porque la madre soy yo y tango celos”. Le pregunto al hada que quien quisiera que ocupara el lugar de Alex y dice: “nadie”.

Después de decir a Mariella que la mamá será siempre ella pero que Alex necesita una familia que se ocupe de él porque es pequeñito, Mariella acepta hablar con Alex (me da a mi Mariella para que yo la haga hablar con Alex). Alex abraza a la madre y le dice que la echa mucho de menos, pidiéndole que le coja en sus brazos.

Yo, Mariella, le digo a Alex que lo entiendo tanto que me imagino lo que piensa y siente su miedo a “olvidarse de mí”. Lo tranquilizo sobre el hecho de que yo desde el cielo no lo olvidaré y que seré simpre su mamá. Pero yo no puedo estar en la tierra, por eso hace falta que algún adulto lo cuide porque él es un niño y no puede quedarse siempre en comunidad, ni mucho menos solo.

Le aseguro que él puede tener cariño de otros y puede querer también a Antonella y Paolo, o a otras personas y que si va a su casa no me enfado. Todo lo que sea bueno para él me hará feliz a mí también. Alex sonríe y me abraza. Saluda a Mariella a quien guarda en su caja junto con las otras muñecas.

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Recomendaciones prácticas del profesor Cancrini:

  • La terapia es una de las circunstancias en la vida. La psicoterapia es un lugar de escucha para la persona. El que tiene que ser escuchado es el niño maltratado, mal acostumbrado en la familia.
  • En el duelo lo mismo, en cualquier momento en la terapia la persona se enfrenta con sus propias cuestiones personales. Depende del ciclo de vida, dónde está la persona empleando sus esfuerzos en este momento.
  • El curso de la vida cambia las cosas. Años en que la persona está muy bien y años en que la persona está mal. El diagnóstico es siempre provisorio y ligado al momento.
  • El diagnóstico nos permite prever los trastornos posibles si las cosas van mal.  El trabajo psicoterapéutico permite el diagnóstico a través de la trayectoria longitudinal de la persona, no de los síntomas. El síntoma no dice mucho.
  • Freud decía que cada relación personal tiene posibles líneas de fractura. Un mineral cuando se rompe se rompe de acuerdo a su estructura. Por ejemplo, una persona potencial borderline, cuando entra en crisis por una ruptura de pareja, se romperá en modo borderline.
  • Individuo, pareja y familia. Elegir el sistema en el cual trabajar partiendo de la emergencia de la persona.

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