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La formación on-line en Terapia Familiar

Autor: Roberto Pereira

Acabo de terminar un nuevo curso de formación para Profesores de Formación On-line en terapia familiar. Es el 7º curso que hago ya, (con la inestimable colaboración, en los dos últimos, de Belén López Macía), por lo que han pasado por la formación un buen número de terapeutas familiares con experiencia docente previa, que querían aprender a desarrollar esa docencia a través de Internet. En concreto, 64.

La mayor parte de ellos se han incorporado después a alguno de los Cursos que llevamos impartiendo la Escuela de Terapia familiar del Hospital de Sant Pau y la Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar desde 2003, y por los que han pasado ya, tanto en el curso “español”, como en el “portugués”, como en los que hacemos en colaboración con Perú o Colombia, más de 500 alumnos.
Y como siempre que acabamos estos cursos, pedimos un exhaustivo “Balance” a los que lo han seguido, que me llevan siempre a reflexionar sobre su idoneidad, oportunidad, y resultados.

Que Internet está cambiando o ha cambiado ya nuestras vidas, es un lugar común. Pero con una base muy cierta. El inmenso volumen de información a nuestro alcance, la inmediatez con la que accedemos a él, las enormes posibilidades que permiten a la educación y formación son un hecho ineludible. Como también lo son los riesgos de la superficialidad, o de perderse en la Red sin obtener un fruto sólido del número de horas dedicadas a navegar. El desafío está en utilizar de manera eficaz toda esa información, de crear, utilizando las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (en adelante NTICS), unos recursos docentes efectivos, y de guiar al alumno por el océano de internet, ayudándole a distinguir la mena de la ganga.

Y por las evaluaciones que tenemos regularmente de los alumnos, de esos 64 que han hecho el curso de profesores, y de los mas de 500 que han hecho alguno de nuestros cursos para Formación Básica en TF, Expertos en Intervenciones Sistémicas, o TF semipresencial, parece que lo estamos consiguiendo. La mayoría de los profesores y gran parte de los alumnos se acercan con muchas reticencias y algunos prejuicios a la formación on-line, asociándola generalmente con la típica formación a distancia. Y la sorpresa con que se encuentran es grande. La potencialidad de la interacción a través de las NTICS, de la interacción y cohesión grupal, de la posibilidad de acceder a recursos múltiples, de intercambiar información, ideas, opiniones, artículos, bibliografía, etc, da unos resultados que suelen dejar un gran sabor de boca. Una pequeña muestra tomda del balance de una alumna del recientemente acabado curso de profesores es la siguiente:


El uso positivo de la tecnología y sus avances es un imperativo en la transformación de la
educación, a todo nivel, y creo que este curso es un excelente modelo de cómo hacerlo.
Porque, si bien el universo tecnológico es fascinante, Internet como todos los medios, sigue siendo sólo una herramienta, un instrumento. Lo que hace la gran diferencia es cómo se la utiliza. En este curso yo veo una planificación minuciosa, una comprensión de las necesidades del alumno, y un equilibrio logrado entre la responsabilidad y autonomía del estudiante y un liderazgo casi imperceptible ejercido por el tutor, que actúa como facilitador y guía. Eso genera confianza de que uno va a llegar al objetivo y también de que sabe a dónde está siendo conducido. Y claro, todo esto indica que hay mucho trabajo humano detrás. Unos cerebros, unos seres humanos que han logrado sintetizar modelos de pensamiento, conocimientos y herramientas tecnológicas en un producto educativo maravilloso. G. E., Quito, Ecuador

La formación on-line ha llegado para quedarse, y no hay institución educativa superior que no la utilice cada vez mas profusamente. Su enorme potencial, que irá incorporando progresivamente recursos cada vez más potentes, complementará o sustituirá, en muchos casos, a la formación presencial. Por ahora, en la formación psicoterapéutica no parece deseable que sustituya totalmente a la presencial, ya que hay recursos difíciles, por ahora, de replicar por medio de las NTICS, como la Supervisión. Pero ya se hace supervisión indirecta on-line: hacerla de manera directa, pudiendo asistir a través de Internet a una sesión realizada y supervisada en directo, es sólo cuestión de tiempo.

Naturalmente, tiene sus críticos, que básicamente piensan que la formación on-line no podrá sustituir nunca a la presencial por la pérdida de matices comunicacionales en la primera. En los 10 años que llevamos de experiencia, en los que resulta frecuente el intercambio de alumnos de una a otra, que hacen un curso on-line y el siguiente presencial, o viceversa, hemos advertido algunas diferencias: en la formación on-line resulta más difícil acceder a la práctica clínica, aunque cada vez la brecha es menor, debido a la mejora de los recursos audiovisuales. Los alumnos on-line son mas autónomos, participan más, y en general han adquirido mayores conocimientos teóricos. A veces, sorprendentemente, la cohesión y el conocimiento grupal es mas rápido e incluso mayor en la formación on-line, aunque los grupos presenciales bien cohesionados tienen una mayor riqueza interactiva. Pero no hemos encontrado ningún problema a la hora de hacer estos “trasvases”, ni a la de incorporar los alumnos on-line a la Suprevisión presencial de casos.

También hay críticas malintencionadas desde la ignorancia y el prejuicio, que tratan de negar validez y resultados a la formación on-line. Hay quien trata incluso de descalificar la acreditación que van concediendo las federaciones de Psicoterapeutas, entre ellas la Featf, a esta formación. Sabemos que no resulta fácil adaptarse a las novedades y los cambios, especialmente cuando éstos se viven como una amenaza. Nuestra experiencia indica que, lo que hace la formación on-line es aumentar el abanico de posibles alumnos, y que no actúa de competencia directa, al menos por ahora, para las formaciones presenciales: al contrario, suministran nuevos alumnos para la supervisión y el resto de las actividades presenciales exigidas. Y su calidad, al menos en lo que a la nuestra se refiere, está ya muy contrastada.

No se puede ir en contra de los tiempos. Debemos adaptarnos a ellos, a los cambios socio-culturales, para poder seguir haciendo lo que sabemos, y de la mejor manera posible: formar expertos en Intervenciones Sistémicas y Terapeutas Familiares.

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