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La adolescencia y su transición como joven adulto. La resistencia como recurso terapeutico. Anorexia y Bulimia

Conferencia: Raúl Medina

Durante esta conferencia, además de los problemas alimenticios, el Dr. Medina hablará de la adolescencia y del desarrollo de la consciencia en su devenir hasta el joven adulto. Aquellos que deseen ampliar más información sobre esta ponencia pueden consultar el libro del Dr. Raúl Medina, publicado el año pasado, “Cambios Modestos, Grandes Revoluciones. Terapia Familiar Crítica”.

El Dr. Medina sugiere a la audiencia utilizar más de un modelo para explicar la realidad compleja. Él utiliza dos modelos, a su juicio complementarios para entender la complejidad. Por un lado, el modelo sistémico cibernético para encontrar los patrones que dirigen a las personas; por otro lado el modelo narrativo para escuchar lo que las personas dicen de sus vidas.

Podemos ver la psicopatología, afirma el Dr. Medina, como una construcción psicocultural de elementos en patrones comportamentales recurrentes, donde hay muchos modelos que funcionan a modo guías que nos facilitan el trabajo clínico.

Cuando nos referimos a los trastornos de la alimentación, podemos observarlos desde la óptica de un problema de salud pública propio de nuestra época. Si prestamos atención a la historia de la humanidad, cada momento cultural histórico ha tenido sus patologías. Y podemos decir que nuestra cultura actual de culto al cuerpo está generando un contexto donde germinan los trastornos de la alimentación. Barbie y Kent aparecen como los exponentes de esta tensión social.

Los trastornos alimenticios han sido tratados en terapia familiar, sobre todo por Minuchin, pero también Selvini y Nardone. Algo que debemos tener en cuenta es que los síntomas de estos trastornos, que ya conocemos, no pueden ser considerados como la causa del tratorno.

Cuando encontramos síntomas en los adolescentes, necesitamos conocer al adolescente primero. En palabras de Salvador Allende: “Ser adolescente y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”. Para Salvador Allende el adolescente es principalmente un revolucionario del sistema.

Además, prosigue el Dr. Medina, encontramos múltiples definiciones de adolescencia. Una de las más utilizadas corresponde a Erick Erickson donde se define a la adolescencia como una de las etapas donde se producen los mayores cambios biológicos, sociales y psicológicos.

Pero no podemos entender la adolescencia como una etapa de la persona, más bien se trata de un invento cultural. Podemos ver en las calles a niños pidiendo, niños que pasan directamente a ser adultos sin ni siquiera pasar por un ritual de paso resultado de la pobreza. Por otro lado, en otras culturas y podemos hablar de una adolescencia que se puede alargar hasta los cuarenta años. Por ello, lo que tenemos que tener en cuenta es que trabajamos con personas que se expresan psicológicamente en su contexto social.

Seguidamente el Dr. Medina plantea dos principales aspectos de la adolescencia tratados con anterioridad por E. Erickson:

  • La construcción de la identidad.
  • La exploración de la intimidad.

Ya también Satir, continúa el Dr. Medina, planteaba que en la adolescencia se vive un periodo muy importante de necesidad de independencia que inicia un juego relacional con los padres. Para consolidar la identidad en la adolescencia será importante, la nutrición relacional de la que habla Linares donde el adolescente se siente aceptado, querido, reconocido y valorado. Si no lo encuentra en casa, seguro que lo encontrará en otro lugar.

Por tanto el objetivo de su terapia con adolescentes será estimular la expansión de la conciencia y motivar a la persona como actor con resultados observables y a corto plazo. En el campo de la adolescencia podemos encontrar resultados cualitativos en muy corto espacio de tiempo.

Para hablar de la expansión de la conciencia, el Dr. Medina hace referencia a Vigotsky, en los años veinte, quien defendía que estudiar a la persona consiste en estudiar el desarrollo de la consciencia.

  • ¿Cuándo aparece la consciencia?
  • ¿Cuándo una persona es responsable?

Vigotsky planteaba que la conciencia sólo aparece a través de la interacción con otras personas. La conciencia tiene una naturaleza social cuyo instrumento básico para apropiarse de la cultura serán los usos del lenguaje.

Y, ¿qué es la conciencia? que tú te puedas observar en relación a los demás y te veas diferente. A medida que las personas se van culturalizando aparece un cambio cualitativo en los procesos psicológicos, en la memoria, en el pensamiento, etc. Vigotsky plantea que es esto lo que deberíamos observar sobre nosotros mismos, criticando así los experimentos con animales.

También otra de las aportaciones de Vigotsky es que el desarrollo de los niños es de fuera hacia dentro, es sociológico (en contra de Piaget). Vigotsky habla de las zonas de desarrollo próximo, es decir, estimular a un niño de 4 años para hacer cosas de 6 años.

En investigaciones posteriores se observa que los niños que han desarrollado la conciencia a través de la interacción tienen conexiones neuronales que no tienen los que no lo han hecho.

Otros investigadores, también continúan desarrollando las investigaciones de Vigostky posteriormente y demuestran otra diferencia entre nosotros y los animales que es la intencionalidad de la conducta. A diferencia de los animales, no somos rehenes de la historia o de nuestros  instintos, las personas podemos hacer cambios cualitativos.

Por tanto la hipótesis, continúa el Dr. Medina, es que este desarrollo psico-social, esta expansión de la conciencia, no es exclusivo de la etapa de los niños sino que continua en las siguientes etapas de la vida. Por ello, establecer nuevas prácticas inteligentes estimula la intencionalidad responsable, en todas las etapas de la vida.

Siempre que una adolescente esta negociando lo que quiere, no está negociando el permiso, en medio está negociando su propia identidad, la diferenciación, afirma el Dr. Medina. Así el adolescente se convierte en un actor de su cultura o de sus enredos familiares.

El objetivo de la terapia será por tanto expander la conciencia del adolescente e inducir que se vuelva actor. Por tanto lo que tratamos en la terapia será iniciar al adolescente en la vida del joven adulto y para ello necesitamos un rito de pasaje. Ahora bien, ¿cómo hacerlo?

Utilizando la resistencia pasiva de los adolescentes como recurso terapéutico.

En los adolescentes la resistencia puede entenderse como una expresión psico-social. Los adolescente viven en este proceso de diferenciarse, de expresarse, y este es su juego relacional. La estrategia más común de la adolescencia para expresarse en familias muy rígidas será la rebeldía. Y esta rebeldía parece común en la mayoría de las culturas, parece un recurso natural en el adolescente: rebelarse.

En la terapia con adolescente redefinimos esta rebeldía como algo político, como una expresión de un joven que se está resistiendo a una forma de poder. Al reconocer la resistencia en términos políticos nos alejamos de la idea de que el adolescente sea un rebelde sin causa, todo lo contrario, es un rebelde con causa.

La rebeldía tiene una mala connotación. Por ello, metáfora política logra redefinir el concepto hacia una mejor connotación positiva. Hacer resistencia política es un estilo de trabajo terapéutico. Hablar de relaciones de poder donde está involucrado el síntoma.

Hipótesis de trabajo:

Entendemos los síntomas como una resistencia que los acaba atrapando. Y cuando el síntoma los atrapa aparecen problemas en su vida y en su cuerpo. Chicas que están en el hospital y con riesgo de muerte.

Cuando aparece el síntoma para resistirse, los indicadores vienen solos, los desmayos, la falta potasio, etc. pero también los elementos sociales: los amigos ya no te invitan, el novio ya no quiere salir contigo, en la familia se preocupan… ya hay un problema.

Y esta resistencia pasiva genera más control, porque si no la paciente se puede morir. La idea fundamental será pasar de la resistencia pasiva a una resistencia activa. Así nos referimos a los síntomas como una resistencia pasiva y el trabajo terapéutico será pasarlo a resistencia activa, es decir pasar a negociar su identidad, cómo quiere vestir, a dónde quiere ir, etc. y esto es lo que llamamos la transición a un joven adulto.

En la resistencia activa se puede negociar la identidad de otra manera y no a través del síntoma.

Una de las inspiraciones del Dr. Medina proviene de la teoría social de Foucault: “la práctica del sí mismo” donde la rebeldía y la protesta se convierten en una forma de llegar al sí mismo.

El rol del terapeuta es que los miembros de la familia exploren sus propios recursos. Será fundamental para los terapeutas, advierte el Dr. Medina, tener cuidado de no reproducir cuidado y control como el que ya realizan los padres. Por ello será importante establecer una alianza con el/la joven y defender la idea de que tiene toda la razón al resistirse. Esta idea va más allá de la paradoja.

El proceso terapéutico, de acuerdo al Dr. Medina, contendrá elementos como los siguientes: Observar a la familia; ver cómo están enredados; establecer hipótesis relacionales; abrir el juego; observar las coaliciones dependiendo el caso; sacar a los padres; quedarse con la joven y decirle:

“¡Qué valiente eres!, te has resistido a este juego relacional, mis respetos, pero parece que esta resistencia te ha traído problemas. Dime cómo este problema interfiere en tu vida…”

“¡Pero qué valiente eres! Yo creo que es importante que te sigas resistiendo. Puedes elegir otra manera de resistirte. Tú entiendes a tu familia, sigue resistiéndote, pero puedes elegir otra manera, tu sabes de qué otra manera…”.

Explorar los contextos donde la joven puede controlar sus síntomas, e introducir a la familia, continúa el Dr. Medina. Emplear técnicas a lo Minuchin y otras técnicas, hasta llegar a la conyugalidad de los padres donde empieza el trabajo más difícil: “La vida de su hija está en riesgo, es muy importante que ustedes se alíen como padres”. Lo difícil es realizar esta alianza parental, no es fácil pero será muy importante.

Como consecuencia se rompen patrones relacionales y la chica comienza a resistirse de otra forma. Podemos esperar que la adolescente grite y se vaya de casa, que ya sería un cambio, pero lo que se observa es que la chica se sienta a hablar con sus padres de por qué no la dejan salir, de porqué no puede vestir como ella quiere, es decir, comienza a negociar su identidad.

Empiezan a ocurrir cosas importantes, la adolescente se ve a sí misma de otra manera: una joven que capaz de defender su sí misma, de ampliar la conciencia de sí misma. Por su parte los padres empiezan a observar a un joven que se defiende, que defiende lo que quiere.

A continuación el Dr. Medina nos expone un caso de Bulimia: La madre una profesional de la salud, el padre un trabajador y la paciente identificada una adolescente en primer año de secundaria, que llega al centro de atención terapéutica derivada por el neurólogo y el cardiólogo, después de que la escuela se alertara por los desmayos de la joven.

Los derivantes detectan falta de potasio y delegan el problema en los terapeutas familiares. En la primera sesión la familia asegura que todo está bien con ellos. Hablan del problema y de sus juegos relacionales. Ya en la segunda sesión se observa un divorcio interno entre los cónyuges que genera encubiertamente una parentalidad dividida y que es hábilmente aprovechada por la paciente identificada. La niña utilizaba las coaliciones cambiantes: cuando uno de los progenitores le prohibe salir, pide permiso al otro progenitor quien sí le permite salir.

Hay un momento, en el proceso de crecimiento de la niña, en que el padre comienza a controlarla de una forma muy activa: con quién sale y le prohibe tener un novio, pues a la edad de 13 años el padre considera que no debe tener novio y menos un muchacho mayor que ella. Pero estos límites no se negocian a través del diálogo, sino a través del control. Así la niña comienza a desarrollar síntomas de bulimia y la familia no se da cuenta hasta pasados 6 meses.

Durante la sesión los padres discuten entre ellos y se les insta a guardar por un momento estas diferencias y entrar en lo que les ha traído a la terapia: los síntomas de su hija.

A continuación se desvela el juego relacional, es decir, cómo la paciente identificada está aprovechando la parentalidad dividida. A partir de ahí los terapeutas comienzan sus intervenciones.

Con la paciente identificada se habla del problema y con los padres se les advierte de cómo el divorcio interno de su conyugalidad está interfiriendo en su parentalidad. De este modo se consigue que los padres se unan de verdad en la educación de su hija.

A continuación los terapeutas continúan con su alianza con la paciente identificada para que encuentre su modo de resistirse de forma activa. El síntoma está fuera de su control. Así que le sugieren a la adolescente que pruebe a desarrollar una resistencia de otra manera. A la vez los terapeutas le sugieren que debido a lo extremo de su estado de salud, los padres cuidarán de ella las 24 horas del día. Ahora la paciente identificada puede elegir, o el control exhaustivo o escoger otra forma de resistirse.

Como consecuencia de estas intervenciones la niña se sienta con su padre a hablar de porqué él insiste en controlarla tanto. En la sesión de terapia hablan de esta conversación donde el padre se emociona mientras la hija lo consuela.

Se produce un reconocimiento mutuo, una renegociación de la propia identidad, un nuevo vínculo que facilita que un nuevo equilibrio en el juego relacional y en las conductas de los miembros de la familia. Este es el rito de pasaje, el momento en el que el padre reconoce a una joven adulta y no ya a una niña.

El Dr. Medina concluye con unas modestas aportaciones a la teoría sistémica.

La enfermedad hay que contextualizarla siempre en su cultura. El trabajo político es fundamental en psico-terapia para que la persona tome una posición activa en su escuela, en su familia, su trabajo, sus amigos con el objetivo de activar estas redes de soporte y de apoyo mutuo. 

“Cambios Modestos, Grandes Revoluciones”.

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Fuente: Ponencia Dr. Raúl Medina

VIII Congreso RELATES.

Universidad de la Azuay.

Cuenca, Ecuador

Junio, 2012.

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